Apartamentos LIVVO Oasis se encuentra en Lanzarote, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993. Este lugar es mágico: paraísos naturales donde el arena dorada se encuentra con las aguas cristalinas del Atlántico, paisajes volcánicos salvajes y su vegetación tropical insólita. Esta isla es puro contraste, esta tierra es fusión de obras de arte y naturaleza. Es lugar de paisajes inauditos de inigualable belleza. Sin embargo, si hay un lugar emblemático de Lanzarote, digno embajador de la tierra soñada, ese es el Parque Nacional de Timanfaya. Entre los municipios de Yaiza y Tinajo se encuentra este lugar impactante y misterioso que fue declarado Parque Nacional y área protegida en 1974, en 1993 Reserva de la Biosfera por la UNESCO y en 1994 Zona de Especial Protección para las Aves.
Aunque el paisaje volcánico producido por las erupciones abarca un total de 174 km², el área protegida del parque ocupa sólo una extensión de más de 50 km² y arropa más de 25 volcanes, entre ellos las famosas Montañas del Fuego o Monataña Rajada. Este manto infinito de lava y ceniza aparenta desolado, y se tiñe de colores rojos, ocres, negros y naranjas. Aunque resulte extraño, el paisaje abrupto esconde una gran riqueza biológica y un gran número de endemismos vegetales y animales. Indudablemente es un lugar singular de belleza exótica, un paisaje lunar y extraño. Aquí el tiempo parece haberse detenido.En el interior del parque podrás recorrer la llamada «Ruta de los Volcanes«, un tramo de aproximadamente 14 kilómetros creado bajo la dirección de César Manrique y acondicionado para visitar los puntos relevantes del parque.
Con una temperatura media anual de 22°C, Lanzarote es el lugar idóneo para la práctica de deportes náuticos, como el surf o el windsurf. Sin embargo, el fondo marino de Lanzarote es un apasionante mundo de grutas, recodos y arrecifes que se descubren entre colores preciosos. Goza de una biodiversidad de valor incalculable que le ha llevado a ser denominado Reserva Marina. Por ello, a todo aquel que se adentre en él haciendo snorkel o buceo profesional le espera un fascinante mundo debajo del agua. Puerto del Carmen, El Muellito, Playa Chica, el Veril de los Fariones o la Catedral son sólo algunos de los puntos de inmersión más famosos. Naturalmente, la atracción de Lanzarote que posiblemente impresione más, sea el Museo Atlántico creado por Jason de Cayres Taylor. De aproximadamente 15 metros de profundidad, este museo situado en la Bahía de Las Coloradas es simplemente un espectáculo. Las caletas, bahías y orillas que custodian la isla son visita imprescindible para aquellos que quieran disfrutar simplemente de un baño. La caleta de Famara, las Playas de Papagayo, la playa Bajo el Risco, las calas de El Pozo o las Malvas de Tinajo son algunos de los rincones que esperan a ser descubiertos
                 Lanzarote  no puede entenderse sin
                 César Manrique.  Entre blancos y
                el rojo del volcán, el hijo predilecto de Lanzarote soñó con
                hacer de la isla un lugar distinto a los
                demás. Gracias a su visión innovadora y la creación de obras
                de arte-naturaleza su sueño se hizo
                realidad, sin lugar a dudas.
                Manrique, amante de la naturaleza abrupta de la isla de los
                volcanes, creó obras impecables y delicadas
                fusionadas con el paisaje, utilizando los activos naturales
                de  Lanzarote.  Los
                 Jameos Del Agua, la entrada y el
                restaurante “El Diablo” del  Parque Nacional
                    de Timanfaya,  el  Monumento al
                    Campesino,  el  Mirador del Río
                 y el  Museo Internacional de Arte
                    Contemporáneo  son algunas de sus
                intervenciones más famosas y aplaudidas. El trabajo
                artístico de  Manrique  fue
                reconocido a nivel nacional e internacional, recibiendo
                galardones como el Premio Mundial de Ecología y
                Turismo. Por supuesto, la trayectoria manriqueña y su mimo
                medioambiental influyen en la declaración de
                 Lanzarote  como  Reserva de la
                    Biosfera en 1993. 
                 Manrique  creó además el  Taro de
                    Tahíche  aprovechando el espacio
                natural de cinco burbujas volcánicas. Ésta fue su casa, y
                actualmente es la  Fundación César
                    Manrique  como un centro turístico más de
                 Lanzarote.
            
                En  Lanzarote,  el volcán nos ha dejado una
                herencia preciada. Sobre el manto de la
                lava se encuentra  La Geria,  una zona
                vitivinícola única en el mundo en el suroeste de
                la isla, que bordea el  Parque Nacional de Timanfaya
                 y es vecina del triángulo de las
                 Salinas de Janubio, Los Hervideros  y
                 Charco de los Clicos.  Este
                paraje natural protegido y emblema de  Lanzarote
                 se caracteriza por su singularidad e
                impresiona por la gran extensión de cenizas volcánicas
                nacidas de la erupción de  Timanfaya
                 entre 1730 y 1736. De apariencia desolada e
                inhóspita, este territorio posee sin embargo un
                gran riqueza gracias al contraste de temperaturas y de
                humedad que garantizan la mejor uva. 
                En la isla, los tipos de vino que se cultivan son el Listán
                Negro y Negramoll; entre los blancos, se
                encuentran el Listán Blanco, Moscatel y Diego. Sin embargo,
                en este territorio abunda una uva
                característica y única en el mundo de gran calidad por su
                equilibrio, sabor y perfume: la
                    Malvasía Volcánica. 
                En  La Geria  se encuentra el 
                    Museo del Vino,  asentado en las
                históricas Bodegas  “El Grifo”,  que fueron
                construidas sobre la lava volcánica en
                1775. En este museo etnográfico se expone un recorrido por
                los diferentes utensilios y maquinarias que
                se han empleado en la producción del vino con el paso del
                tiempo. Aquí podrás hacer un recorrido
                interesante por la bodega y su biblioteca, dar un placentero
                paseo por los viñedos, y en el acogedor
                salón de cata degustar con queso en la mesa nuestros vinos
                reconocidos y premiados a nivel nacional e
                internacional.